No den de comer a los pelícanos (poesía)

No den de comer a los pelícanos  es el primer libro de Pilar Osorio Morán, una poeta de altos vuelos y una persona estupenda.  A Pili la conocí a finales del siglo pasado (noviembre de 1999)  cuando yo era una  recién llegada del trópico que empezaba mi andadura por el doctorado de Antropología del Espacio y el Territorio, dirigidido por Manuel Delgado, en la Universidad de Barcelona.
Con ella, además de compartir las clases de doctorado, empezamos a gestar una amistad que  desde entonces ha ido a más. Aún recuerdo aquellas reuniones espléndidas con nuestro grupo de amigas entre las cuales estaba  también Gabriel de la Peña, Pilar Larramona y Helena Casanovas. ¡Cómo olvidar esa pasión por el espacio público y la vida que contiene en las palabras ardientes de Manuel y nuestra reacción ante una temática que para la mayoría era novedosa! ¡Y aquellos encuentros en la terraza de la casa de Pili en los primeros veranos del nuevo siglo con Luna pequeñita pero con muchas ganas de regar las plantas!
Y la vida siguió su curso y luego descubrí que Pili escribía bellos y breves poemas. Palabras esenciales, depuradas de todo aquello que nos distrae y nos encamina por senderos equivocados. Palabras sin ripios ni estridencias. Poesía pura. Canto a las minucias cotidianas, a lo que está a la altura de los ojos y casi nunca vemos; a la profundidad de las superficies en las cuales movemos nuestros pasos. Como en estos poemas que publica en su precioso libro:

Tierra

Los jueves me convierto en isla:
tortugas milenarias me visitan.

....

Nocturno

El sonido de los segundos, en la noche,
acoge el tiempo, que tal vez, vivimos.


Canto que tampoco olvida los carámbanos de dolor cotidiano que cada día nos circundan con sus rostros  a veces repetidos, a veces cercanos y ajenos como esos soles negros plenos de orfandad:

Malaika

Los sábados, los ángeles
son negros,
venden bolsos en asfalto,
recuerdan
cielos infinitos.

....

Horror cotidiano

Era el último día de sol:
El diluvio comenzó
justo despues
de tomarse el café con leche.


Poemas sugerentes que nos dejan con los sentidos atentos para capturar lo que apenas se insinúa en los bordes depurados de las palabras:

Tiempo líquido

Los límites de los días
se deslizan por mi espalda.

...

B1

Rompí aguas en el lecho de hospital:
Parí el hijo de hembra ajena.

Pilar nos regala un libro breve, hecho de fogonazos en los que se cuece la vida con todos sus más y sus menos.  Libro que también se puede conseguir en Internet en la siguiente dirección:

Comentarios

Saozita ha dicho que…
Hola Marta. Agradecido por la visita en mi blog. Al igual que su blog, voy a visitar y seguir.
No hablar bien ni escribir en español ... rsrssss
Pero nos entendemos! Lo sentimos, no hacer comentarios sobre el puesto adecuado, dada la hora, más pronto voy a comentar como para merecer.

Tiene un hermoso día.
Beso.
Saozita ha dicho que…
Olá Marta. Grata pela tua visita no meu blog. Também gostei muito do teu blog. Irei seguir assiduamente. Também eu não falo nem escrevo bem espanhol, mas a gente entende-se, rsrssss.
Desculpa não comentar o post, como deveria, dado o adiantado da hora. Mas voltarei mais tarde para comentar como deve de ser.

Tem um lindo dia.

Beijo com amizade.
conociendo la historia del que motiva a doña Pilar Osorio a escribir este bello libro, así como conociendo su gran calidad humana y artística como escritora y crítica literaria, me emociona leer en tu blog esta bella, sentida y objetiva presentación del mismo.
Son poemas cortos, intensos, como bien dices, sugerentes.
Deseo muchos éxitos a esta bellísima autora en su trabajo literario, el que espero, sea también, bastante fructífero.
Gracias Martha, por esta hermosa presentación.
Isa
gato de Cheshire ha dicho que…
!Gracias mil, Martha e Isabel!,por ser unas críticas tan benévolas, y por darle sentido a mis poemas con vuestra palabras.Sois un cielo tras la tormenta.Os quiero.

Entradas populares de este blog

Caracola, un poema de Federico García Lorca

Tres poemas de Eduard Sanahuja

"El sabor de la nada": un poema de Charles Baudelaire