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Una pequeña crítica literaria

Mi hija Luna le envío una carta al escritor Marco Tulio Aguilera Garramuño a propósito de un libro de cuentos infantil inédito que éste quiso compartir con ella y  conmigo. Debo decir que las dos leímos cada una de sus páginas con avidez y alegría, pues es un texto divertido, gracioso, escrito con maestría y con una mirada lúdica que conecta de inmediato con todo tipo de lector o lectora. Además debo  comentar que a ella le gustó mucho que MT escribiese en el archivo que nos mandó "edición exclusiva para Luna, hija de mi amiga Martha Cecilia" Y Marco Tulio acabá de publicar en su blog  la carta que mi hija le envío.   La podéis ver aquí

Un dibujo de Luna del Mar

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Mi hija ocupó el segundo lugar en un concurso de dibujo en su colegio. El tema era San Jordi. Y yo como madre muy, muy orgullosa presento su obra. (Su tía Lina estará feliz: ya tiene quién le siga los pasos en la pintura).

Tarde de Ballet con Luna

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Y después de tantos meses de ensayo ayer se realizó el festival. Una actividad que organiza la escuela de Ballet Tecla Sala a donde Luna acude desde los 4 años. Fue un espectáculo lleno de música, movimiento y color pero un poco largo. ¡Más de tres horas y media! "Esta vez se han pasado tres pueblos", decía un padre enfadado con su chiquilla, dormida, en brazos. Pese a ello las niñas estuvieron estupendas en cada una de sus presentaciones y los trajes sencillamente hermosos (como el precio $). Todos y todas nos lo pasamos muy bien, pero más las niñas que después de tantas horas de tensión aún sonreían animadas a las 11 de la noche. La música, los matices de color, la danza, las risas de las ballerinas embellecieron una tarde noche de domingo que pudo ser como cualquier otra. Y allí estábamos los padres y madres mirando a nuestras hijas con emoción. Observando sus movimientos y seguramente alguna o alguno pensando ¡cómo pasa el tiempo: mi nena se hace mayor!. Y lo más importa

La mirada

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Una de las cosas más interesantes con las que una se puede encontrar al estudiar el espacio urbano - o sólo al trasegarlo- es la gestión de la mirada. Si, la manera como la administramos para orientarnos y para emitir señales que permitan los tránsitos fluidos de los/as copresentes en un espacio dado. Gestionarla de modo tal que se convierta en un mecanismo de comunicación básico y no en lo contrario, esto es, en un marco de ambigüedades. Goffman llamaba muy lúcidamente a esa capacidad de gestión que todas las personas tenemos "inatención civil", que no es otra cosa que utilizar la mirada cómo una prótesis para la convivencia. Mirar de manera educada y correcta para no incomodar a quien se tiene delante cuando se cruza una calle, cuando se va en el metro o se comparte un banco, etc. Pero la línea de la inatención civil es muy fácil de cruzar. Para el caso quiero hablar sobre una experiencia personal. Esta mañana, tuve que desplazarme hasta una calle céntrica de Barcelona para

El Cascanueces y algo más...

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Anoche estuve en el auditorio del Fórum de Barcelona presenciando " El Cascanueces" de Tchaikovsky . Una estupenda presentación del Ballet Estatal Ruso de Nizhny Novgorod. Una verdadera delicia para los sentidos de aquellos y aquellas que por primera vez tenemos la oportunidad de admirar una obra de esta magnitud en "vivo y en directo". El precio de las entradas y la característica de este género hace que muy pocas personas puedan deleitarse con una presentación de esta naturaleza. Y si, allí estábamos los tres, en medio de señoras con abrigos de visón pero también de parejas de mediana con niños pequeños y vestidos con vaqueros. Y el espectáculo ha merecido la pena. Luna mi hija de 7 años estaba extasiada. Sus ojos brillaban ante la magnifica interpretación de los bailarines principales de las piezas del genio ruso. Y después de esa magnífica experiencia vuelvo a una realidad que desde hace varios días me tiene con el corazón en vilo: la liberación de dos mujeres

Pintora de Arte Mayor

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No era necesario que un intelectual como Gerard Vilar hiciera un comentario sobre la pintora Lina María Cedeño Pérez (mi hermana, por supuesto) para darnos cuenta del valor de su obra. Eso lo sentí desde la primera vez que ví uno de sus cuadros urbanos, aquellos donde juega con los signos y desplazamientos, con sus trazos tenues y al mismo tiempo firmes. Para mí fue un descubrimiento fabuloso percatarme de aquellas figuras citadinas que insinuan una ciudad otra, plena de sentidos y al mismo tiempo enmarañada en su propio espacio-tiempo. Y este comentario viene a raíz de aquel hecho por el profesor Vilar en la revista Disturbis , que sin duda nos llena de alegría y emoción a quienes amamos a Lina, y que ahora reproduzco con orgullo y sin el menor pudor nepótico: " Hace unos pocos días recibí unas hermosas imágenes de Lina María Cedeño, una artista colombiana de la que casi nada sé. Tampoco necesito saber mucho para apreciar la calidad que -ninguna lengua podría decirlo mejor- sa