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Samarkanda y poemas de Ó

Samarkanda es un lugar maravilloso donde es posible la armonía. Allí todo es antiguo y nuevo. Horizonte azul y cumbre vestida de primavera. Lugar de palabras y música y aromas. En ese espacio abierto y pleno habita Ó. Poetisa del silencio y la brevedad (Oriente y la luna perfilan su canto). Aquí van dos poemas de Ó que me han conmovido. Podéis verlos también en http://www.queeslavidaunailusion.blogspot.com/ Quidam Un guerrero olmeca reposa su cansancio de siglos en el metro de Barcelona. Ó Adiós Nonnino LLora, Ahmed el egipcio: la música del bandoneón empapó su hígado de nostalgia por una ciudad que no conoce. Ó

Sólo a veces

De mi amiga Osorio este poema cristalino y esencial como ella. Podéis verlo también publicado en su blog: http://www.queeslavidaunailusion.blogspot.com/ Sólo a veces A veces, los martes, brotan de mis manos flores de geranio blancas; a veces, hiedra pegajosa, incluso, a veces, los dedos paren poemas . Osorio

Poema desde Grecia

Y mi amiga me escribe desde el Olimpo donde los dioses reposan de su última fiesta: Ayer, la luna, rodaja de mango fue engullida por el Mar Egeo. Gracias, Pili, por hacerme partícipe de la magia...

Que es la vida una ilusión...

Siempre nos quedará... internet, el ciberespacio que nos permite adentrarnos en una infinita telaraña de conocimientos, y que al tiempo propicia todo tipo de contactos: con los seres extraños y conocidos, viajeros contundentes sin equipajes; con las palabras de todos los calibres y colores; con millones de realidades que deambulan libres como el viento. Nos quedará su infinito espacio en donde podemos crear el nuestro, adaptado a las propias necesidades y ambiciones, a nuestras experiencias cotidianas, mínimas y grandiosas a la vez. Y desde ese rincón la expresión sin tapujos conduce a infinitos recovecos donde seguramente vigila el Minotauro. Y desde allí la palabra puede ser muchas cosas: trampa, horizonte, abismo, montaña, barro, proyectil... y por supuesto poesía. Límpida, transparente, esencial. Como ésta que nos regala la palabra espléndida de Osorio, viajera incansable de todos los caminos y cantora consumada de los entresijos del alma. Palabra de oriente despojada de lastres y